-Señor Godoy?
-Si, quién es?
-Correo...
-Dejáselo al encargado.
-Es una caja grande...
-Ta bien, ya bajo.
Pensó que no era un buen momento para interrupciones, había agarrado cierto envión para escribir y la computadora se estaba portando bien.
-Me firma acá? Gracias.
-Chau, gracias.
Subió y abrió la caja en el sillón. Sacó una capa de bollos de papel de diario y los dejó caer al piso. Vió un guardapolvo todo firmado, lo hizo a un lado. Más firmas. Dió vuelta la caja en la alfombra. Pergaminos de la escuela, el yeso del brazo, cartas, bichitos peludos varios, corazones... En pocos segundos la vida se le proyectó como en un cine, llegó a pensar que se estaba muriendo. En el fondo, una nota con letras recortadas de revistas: "Nos costó mucho recuperar todo esto. A ver si la próxima no es tan negligente con su pasado".
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