UN CIERTO RASTROJERO

La gente en las películas se moja y no les importa nada. Son las cuatro y media de la mañana al lado de la ruta. Llueve. Un cierto rastrojero sin la caja pero con una piedra enorme atada atrás en el chasis circula bien por el medio y a treinta por hora. Lo veo pasar, va para donde voy.
-Para dónde va?
-A la estación de servicio.
-El renó es suyo?
-Si.
-Suba… qué le pasó?
-La batería, creo. No sé…
-Usté no es de por acá…
-No, de Rosario. Vendo maquinaria agrícola.
-Hace cuánto que está acá?
-Llegué ayer a la noche, voy al campo de los Fernández.
-Ah, que bien… Quiere que le muestre algo?
A esta altura ya estoy entregado, el cansancio y el frío me impiden conjeturar con qué se va a salir este tipo y por qué hace tantas preguntas, así que lo dejo hablar.
-Sí, claro.
Va parando de llover y el calor vuelve de a poco a tomar lo que es suyo. Luego de unos minutos de viaje llegamos donde la ruta desemboca en un lago azul, deben ser las nueve ya.
-Despiertesé, ya llegamos.
Don Severo (así se llamaba el hombre) apaga el motor y lleva el vehículo hasta atrás de unos árboles. Nos acercamos a pie hasta la orilla.
-Shh, ahí viene.
-Ahí viene qué?
Una mole parecida a una cruza de ballena y serpiente surge de la nada y queda suspendida un instante en el aire para luego caer entre grandes efectos sonoros de vuelta en el lago. “Escuendasé, maestro” escucho gritar al viejo y corro de nuevo a resguardarme en el vehículo. La criatura desaparece atrás de la cortina de agua que cae sin parar. Ha comenzado a llover de nuevo.
-Vió? Le dije que valía la pena?
-No sé que decir… Desde cuándo…?
-Usté no diga nada, eh? Ya pensó si esto se llena de periodistas?
Aparentemente, mi sonrisa franca lo convence de mi futuro silencio.
-A que no le enseñaron esto en la escuela?
-Bueno, el ciclo del agua que yo conozco es un poco distinto…
En este momento me está clavando los ojos muy seriamente, maneja sin mirar la ruta (como en las películas) y me espeta:
-Ahora ya sabe la verdad.

LOS PÁJAROS

Caminan los dos por la orilla, callados como nunca antes, a algunos metros de distancia y con las manos en los bolsillos. Hace mucho frío pero en el pueblo les dijeron que hoy no va a nevar.
-Juan…
Juan busca con los ojos al autor de la voz. No es Emilia, claro, pero encuentra su figura en la averiguación.
-Juan… Te va a largar, Juan.
Juan se limita a pensar que la noche sin dormir, el viento y la fatigante caminata le están jugando una broma cruel. Es obvio que las cosas no están bien, pero seguro que hay una solución…
-Juan… Juan!
Los llamados lo sacuden más y más a cada trecho de playa.
-Preparate, hermano…
Llegando a la casita al lado del faro, Emilia saca su mano del bolsillo de la campera de piel de oveja, y junto con ella un sobre arrugado. Juan lo recibe inmóvil mientras su mujer sube tropezando por el pedregullo. Torpemente consigue abrir la carta con los guantes puestos. La tarde llega a su fin mientras el faro comienza su jornada.
“Los pájaros tienen razón, Juan. Chau. Emilia.”

LA CIUDAD SUMERGIDA DE ANTAÑO

Cuando la Gran Marea lo cubra todo, las olas se darán al sosiego (no habrá casi nadie para escucharlas rugir). Oh ciudad estúpida y orgullosa, en cincuenta años nadie sabrá que exististe, hasta que un barco medio perdido en la lluvia de la Noche Permanente esquivará tu torre más alta.
-Que descubrimiento, Capitán… debe haber infinitos tesoros allá abajo…
-Algunos caracoles con el ruido de esa ciudad, si es que fue realmente una ciudad… nada que valga la pena. Siga avanzando, tenemos solamente tres semanas para alcanzar el Gran Arca.
-Tres semanas…
-Haga lo que le digo, García!
-Sí, señor. Continúen!

TREN FANTASMA SUBURBANO

Un fantasma callado pegará su cabeza a la ventanilla, sus ojos no seguirán a los árboles. La luna pálida chillará allá afuera, la niebla golpeará las ruedas. El acero susurrará en la noche. Todos serán sordos como una piedra. Las estrellas darán miedo y alimentarán la pesadilla.
Cuando el tren pare, cada uno devorará al que está al lado y más carne subirá. Cuando parta nuevamente, todos dormirán. Una mujer zombi llevará un bebé alien en su regazo y dirá “No es hermoso?”. Todo querrán vender pero nadie comprará lo que ya le pertenece. Estas son las instrucciones para hoy y para todos los días del futuro.

GRACIAS CHE!!!

A los amigos que desde hace cuatro meses siguen la página, a los que están cayendo ahora, a los que comentan, a los que linkean, a los que viven por acá y a los que son de lejos, a los que transformarán estos humildes posts en guiones de Joligud y me harán millonario, a los que todos los días y sin saberlo me inspiran con sus cántaros inagotables de boludez y arvejanegrismo, a los milicos por haber creado la Internet y las computadoras, a todos muchas gracias por todo.
Rubén A. Castrillo.
Juntá tres mensajes ocultos y ganate un poster de La Arveja Negra!!!

BLUES DE LA PIEDAD

Este post es distinto e inaugura una nueva categoría: no lo escribí yo, pero bien que me hubiera gustado. Es un tema de Cazuza, que para que te des una idea, es el mismo autor de El tiempo no para. Espero que les guste...

Ahora voy a cantar para los miserables
Que vagan por el mundo derrotados
Para esas semillas mal plantadas
Que ya nacen con cara de abortadas

Para personas de alma bien pequeña
Rumiando pequeños problemas
Queriendo siempre aquello que no tienen

Para quien ve la luz
Pero no ilumina sus mini-certezas
Vive contando dinero
Y no se transforma cuando hay luna llena

Para quien no sabe amar
Y se la pasa esperando
Alguien que quepa en su sueño
Como várices que van aumentando
Como insectos alrededor de la lámpara

Vamos a pedir piedad
Señor, piedad
Para esa gente careta y cobarde
Vamos a pedir piedad
Señor, piedad
Dales grandeza y un poco de coraje

Quiero cantar solo para las personas flojas
Que están en el mundo y perdieron el viaje
Quiero cantar el blues
Con el pastor y el bombo en la plaza

Vamos a pedir piedad
Pues hay un incendio en la lluvia escasa
Somos iguales en la desgracia
Vamos a cantar el blues de la piedad

Vamos a pedir piedad
Señor, piedad
Para esa gente careta y cobarde
Vamos a pedir piedad
Señor, piedad
Dales grandeza y un poco de coraje

TAREA PARA EL HOGAR

Visualice una palabra como si nunca lo hubiera hecho antes. Escríbala en un papel en blanco, así es más fácil. Tome distancia. Si le da la nasta hágalo ahora mismo, donde está; sino váyase a vivir a otro país unos años o pídale a su psiquiatra unos remedios fuertes. Repítala mentalmente o en voz alta. Ahora concéntrese y vea como suena ridícula.

MALDITOS GREGORIOS

A las ocho y media, cuando abro la puerta, el piso y las paredes todavía vibran.
A las nueve menos cuarto y con el movimiento provocado por los primeros empleados, algunas empiezan a esconderse atrás de objetos pequeños: abrochadoras, sacapuntas de esos a manija, teléfonos, impresoras.
A las nueve se repliegan atrás de archivos y debajo de los escritorios más oscuros.
A las nueve y media unas pocas aguantan firme y el resto se va reculando de a poco.
Más o menos a las diez, cuando el sol se mete por la ventana, a regañadientes se van las más audaces y no aparecen el resto del día.
Si la tarde no está muy movida, tipo cinco se ve alguna patrullando el área para ver como pinta la noche. A veces, cuando apago las luces y voy a cerrar la puerta siento vocecitas en un lenguaje que no conozco, pero que no cuesta mucho traducir: “andá nomás, nosotros te cuidamos el boliche” y luego risas finitas.

(a) POETA

Sirenas que vienen de lejos
Paran de cantar en mi esquina
Encantadas por la visión del hombre
Que las atrajo hasta aquí…

-Entregate Poeta, estás rodeado!!!

NUNCA VINE, NUNCA VOLVERÉ

Me pongo el mameluco como puedo, sin hacer ruido. Ni a palos que me quedo para las tostadas. Cierro la puerta con cuidado y bajo las escaleras. Casi me mato. Unos pasos más y llego a la motonave. Muy rico todo, ahora no hay más vuelta atrás. Si me olvidé la cabeza ya fue, con el casco puesto no se va a notar. Arrancá, carajo!
-Tomás… buen día, mi amor.
El susurro en el oído me hiela la sangre y me confirma que me la olvidé. Doy vuelta el casco para que me la emboque de triple. Me pongo todo junto mientras la escucho gritar “A mí traeme un Jockey suaves!” desde la ventana, agitando el brazo. Que tetas lindas tiene la guacha.
-V8, nos vamos.

-Sí señor. Hoy vamos a NGC-4603. Descanse que la noche va a ser movida.
-V, en qué quedamos nosotros? Del lugar de destino te encargabas vos, no? Para qué te cargo las baterías yo?
-De acuerdo, señor.

SR. DIABLO

Está lo mío? Veamé en la esquina de la otra vez. Pero claro que estoy llevando el alma, soy un hombre de palabra. A las once y media. Chau.

DÓNDE ESTÁS, CORAZÓN?

Le regalo toda mi vanamente rechoncha colección de compactos y mp3 a quien me devuelva la pasión y el fetiche de quince años atrás frente a un casete mal grabado o un número de la revista Pelo. Si algún ciudadano sensible me quiere ayudar ya sabe donde encontrarme.

EL ABRIGO

Se despertaba riendo como en el sueño. La secuencia era siempre la misma: él y tres o cuatro de sus amigos alrededor de una mesa, conversando, tomando algo, y de repente las risas. Fin del sueño, comienzo de la realidad.
Fue el primer mes que se mudó a otra ciudad. Se quedaba un rato acostado mirando al techo, reconfortado y pensando en que estarían haciendo los vagos. Después se le pasó.

TEMA: MI VENTILADOR

Le debe faltar aceite o algo porque hace un ruido horrendo que me pone los dientes a 10 grados bajo cero. El pronóstico para esta semana? Mucho calor y chaparrones de azufre. Acá está Dante que no me deja mentir.

MOMENTO MÁGICO

Entré a buscar no se qué. Un alicate? Una cinta métrica? No me acuerdo. El caso es que voy recorriendo los pasillos y escucho un tema familiar. Queen. La del video de la aspiradora, donde se visten de mujer. Voy caminando y me doy cuenta de que todo el mundo está tarareando, o silbando, o cantando, o bailando, o por lo menos moviendo la patita. Todo el mundo. Hombres, mujeres, vendedores, señores con cara de plomero… Cada uno consigo mismo, distraídos. Me pareció que de repente se había creado una burbuja donde todos sintonizaron. Hasta dónde se extendería? A quien corresponda, gracias.

DON REGIO

Era obligación de sus súbditos, pobres en su totalidad, donar en vida un centímetro cuadrado de su propia piel, que los bisturís del Estado recortaban en forma de lágrima, justo al lado cada ojo derecho. Los pedazos de populacho se esterilizaban durante cuatro días y cuatro noches y se cosían con hilos de oro y platino hasta formar una suntuosa capa de tres metros de largo. Una vez por semana, Don Regio posaba para los fotógrafos oficiales, cubierto únicamente con tal traje y mordiendo pan sueco con caviar.
La población juntaba lo poco que tenía para comprar cada número de la revista e intentar reconocer en el papel couché el recorte de la propia piel o la de algún familiar o vecino, tal vez una forma de tener de vuelta el centímetro vacío.
Al principio, el Estado daba un pebete, un mate cocido y un pañuelo con agua oxigenada para aliviar el trauma. Después, una extensa campaña publicitaria acabó con los alicientes y la donación pasó a ser simplemente un acto de patriotismo puro.
Don Regio nunca usaba dos veces el mismo tapado: los metales preciosos eran separados y el resto era incinerado después de cada sesión y vendido en el mercado negro como cenizina, una especie de cocaína oscura muy popular en los estratos más bajos de la sociedad, usada para curar el hambre, la sed y el cansancio general.

PUNGA BUENO, RATI MALO

Yo soy Pablo, 27 años, punguista. Lo que les voy a contar nos pasó en un colectivo de la línea 193. Yo estaba haciendo algunas billeteras para pagar la pensión, hasta que después de un veloz giro me di vuelta rápidamente y nos vimos cara a cara, nuestros alientos se cruzaron y me dio la voz de alto. Me apuntó con el arma y se la saqué de una patada, nos agarramos y nos revolcamos por el piso de goma ante el horror de los pasajeros. Me llenó la cara de dedos. Entre bife y bife pude anotar mi teléfono en el boleto y se lo dejé en lo que le restaba del bolsillo de la camisa.
Hace tres años que estamos juntados; por una estúpida ley de la Naturaleza no podemos tener hijos pero adoptamos un gatito medio siamés. Nunca hablamos de nuestro trabajo. Lo único que arreglamos todas las mañanas, sin falta, es donde vamos a movernos ese día. Si a él lo ponen en Caballito, yo me voy a Liniers, si le toca en Palermo, hago Parque Patricios.
Ahora sólo le robo a individuos que parecen tener un buen pasar, pero no para facturar más, sino porque desde que el amor llegó a mí siento que quiero devolverle a la vida un poco de todo lo bueno que me dio. El primer lunes de cada mes junto cuatro o cinco billeteras y las meto disimuladamente en bolsillos de trabajadores humildes, jubilados con camperas raídas, amas de casa portando magras bolsas del mercado… Si mis amigos se enteraran, me echarían del grupo por traidor.
Esteban sigue ocultando mis actividades, aunque a veces lo veo preocupado, sentado en la cocina acariciando el escudito de la gorra antes de salir a la calle, tomando su mate muy seriamente. Él también se la juega.

BAUTISMO

Gracias a alguna fuerza invisible del horóscopo o algo, empecé el año cayéndome de la bicicleta, ahora soy uno más. “No importa, el mundo sigue andando” dije, y se me prendió la lamparita: podríamos construir una red de pasarelas estáticas independientes de la rotación terráquea usando como guía los paralelos y meridianos que aparecen en los mapas (que no sé si será lo mejor pero por lo menos ya están trazados) y entonces lo único que tendríamos que hacer sería esperar que el punto de la ciudad adonde nos dirigimos pase por debajo de nuestros pies y saltar.

Pros:
.Mínimo esfuerzo para llegar a nuestro destino.
.Disminución/eliminación de quema de hidrocarburos y por consecuencia del efecto invernadero.

Contras (cuestiones meramente tecnológicas):
.De dónde colgaríamos estas pasarelas ante la imposibilidad de usar la Tierra como soporte? Además deberían ser lo suficientemente altas como para que su paso no eche por tierra edificios y demás construcciones, sin contar los accidentes geográficos como montañas. Tal vez a partir de una estación espacial podamos construir esta especie de alambrado alrededor del globo.
.Cómo hacer que la fuerza de rotación del planeta no arrastre a las pasarelas (y la estación espacial si fuera el caso) junto con él en sus revoluciones?
.Si determinado usuario no pudiera saltar a tiempo (lo que sería denominado “perder la Tierra”), tendría que esperar 24 horas para realizar otro salto. Deberían existir en las plataformas de cada estación algunas comodidades para esta gente, como kioscos de comida rápida, sofás-cama y baños.
.Los viajes podrían realizarse únicamente de este a oeste.

Mientras me recupero de mi caída elaboraré un proyecto para implementar este sistema en la ciudad de Buenos Aires, cuyo piloto incluiría cuatro estaciones: Casa de Gobierno, Congreso, Plaza Miserere y Parque Centenario. Según mis cálculos, teniendo en cuenta la velocidad de rotación de la Tierra, el trayecto sería recorrido en 5 segundos, para lo cual se haría necesaria gran atención por parte de los usuarios en el momento del embarque y desembarque en las plataformas, ya que en este nuevo medio de transporte no existen chofer ni maquinista. Anoto: “entrenamiento de usuarios-cobaya, seguro correspondiente y/o ocultamiento de cadáveres”.
Confío en que el Sr. Intendente Carlos Grosso apruebe este proyecto que tanto va a mejorar la vida cotidiana de los porteños cansados ya de tanto colectivo, auto, bicicleta, teletransportación molecular y demás medios de locomoción probadamente obsoletos. Salud y buen año para todos!
SSS, Ing. Abel Núñez Gastarreta

RUIDOS MOLESTOS

Quiso porque sí hablar de todo lo que nunca había dicho, una frase atrás de la otra, sin respirar, poniéndose blanco o morado por instantes, falto de juicio y sin pestañear, pero también sin llorar. El sol subió y bajó del cielo cinco veces y Pedro no se vaciaba, tanto era lo que había guardado y no paraba de brotar. Por fin sus vecinos consiguieron hacerlo dormir mientras el sexto amanecer surgía lejos. Después de eso no habló más, fue inútil querer sacarle siquiera otra palabra, y las últimas que dijo fue “y no disparen que hay más” y soltó el megáfono en el pasto.