MARÍA Y ENRIQUE

Además del olor a patas, a culo, a vino y a sábanas pringosas, flotaba en el aire la sensación de que algo no estaba del todo en su lugar. Al contrario de otras veces, cuando Sheyla mostrábale ausencia y falta de interés, Enrique percibió un cierto nerviosismo mal disimulado en sus manoseos esa tarde. Cuando se le acostó al lado en vez de irse a baldear la chucha con permanganato, le vino como un frio en la espina. Buscó alrededor, desesperado atrás de los puchos. Seguro que le iba a decir que estaba embarazada, o que tenía sida. Seguro, se la venía venir. Manoteó el pantalón al lado de la cama, ganó el paquete y los fósforos sin sacarle los ojos de encima, miedo a que le clavara las palabras por la espalda. Prendió uno y sacudió el fósforo una vez, sin dejar de mirarla. Fumó y la observó largo rato; nada dejaban transparecer las facciones severas de muchacha del campo, sólo (y sólo tal vez, allá en el fondo) un atisbo de preocupación sobre cómo Enrique iba a reaccionar. Ni eso.
Enrique habría comparado su expresión vacía con un signo de interrogación, si hubiera sabido lo que eso significaba. Prefirió darle en su cabeza el nombre de “cara de nada”.
En ese instante, ella le pedía el pucho con una seña; él se lo acercó a su mano súbitamente temblorosa. Pitó hondo, como para cobrar coraje, miró a través de las cortinas del cuartucho y desistió de revolver en las palabras:
-Te quiero, Enshique; ievame con vó.

LAS EDADES DEL NIÑO

por el médico pediatra Jorge Alberto Cascagnari (Dr. Jorge)
Hablaremos este mes de las edades del niño, ese flagelo que nos toca a todos: padres, hermanos, vecinos, maestros, pediatras, bueh… la lista es interminable. El peluquero quel pibe no se le queda quieto en la sillita esa, en fin… Vamos a los números.
Al nacer, estas criaturas nos sorprenden a todos con sus gritos pelados y apariencia general de ranas. Esto es NORMAL.
A los seis mesesitos, empiezan a comer papillas y a embarrarse de lo lindo, después de todo es la ley de la Naturaleza: entra por aquí, sale por allá, y cómo sale, faaaaaaaaa, se-la-regalo, señora… A esta edad también gatean y se llevan todo a la boca; es la fase de recolección de anticuerpos. Se dice que entre los seis mesesitos y el año, 75% del peso corporal del niño son ácaros y anticuerpos de toda clase.
Al añito se paran solitos y empieza la joda. Aaaaaaamigo… que te toco esto, que te tiro lo otro, que te rompo lo de más allá. Te miran y parece que te porfían, los turros. Los pibes no paran, ENE-O PE-A-ERRE-A-ENE, NO PARAN. A esta edad ya son concientes de sus actos y pueden ser castigados. Una frase aleccionadora puede ser “Si sos TAN CARADURA de andar por ahí caminando y rompiéndome las cosas, te va a gustar arrodillarte en estos garbanzos que trajo tu bisabuelo de España.”
A los dos añitos, tiran comida al piso y le bailan encima, sueltan improperios si no se les lleva la corriente, y piden todo lo que ven. También aprenden que los gases y los eructos pueden ser usados como gracia para impresionar al otro.
A los tres, ya nos hacen pasar vergüenza a lo grande: “¿Pero cómo, papi, si vos dijiste que la tía Emilce era una reventada…?”
A los cuatro, piden esos juguetes caros que ven en las propagandas de cable: el más baratieli es la pista de coches con lavadero.
A los cinco, repiten como endemoniados la frase “¡Tiene nata!”, como si no hubiera otra en el mundo. Y no quieren ir a la escuela, por más anécdotas ejemplificadoras de Sarmiento que los papis les cuenten.
A los seis y siete años, hacen preguntas obscenas como “Má, ¿los corazones tienen patas?” y otras de ese estilo. Ya miran el pitito como de reojo.
Hasta los diez transcurre todo más o menos normalmente, escuela, amiguitos, etc, hasta que descubren el pito. Aaaaaaah mi dios, y no lo sueltan, eh… nononooononoo. Esta conducta se repetirá hasta la edad adulta, con la variante que más tarde le pedirán a otros u otras que le agarren el mencionado pene.
Bueno, obviamente este es un resumen muuuy resumido, faltó tocar un montón de temas, el falso crup, las vacunas, el repelente de mosquitos, pero seguramente el próximo mes, si no me cancelan el registro (¡toctoc!), nos veremos de nuevo tratando los temas que nos conocerán mejor a nuestros críos.

LIBRE (POESÍA)

Libre es el colectivo cuando ya subieron todos
Libre es el taxi cuando no se subió nadie
Libré es libro en francés
Libre es el escape de la moto que me despierta
Libre es la revista que más me gusta
Libre es el tenedor por cinco con cincuenta

LOS POST IMPUBLICADOS (E IMPUBLICABLES) ENCONTRADOS EN EL ALTILLO DE RUBÉN

Mientras se me ocurre algo más de la saga de cuando Rubén se murió, sigo publicando cosas inéditas en internet de nuestro recordado ídolo. M.

POST QUE VIENE A CUENTO POR EL TEMA DE LOS DESPERTADORES, NADA QUE VER CON LA MUERTE DE CASTRILLO

-Hola… ¿Cuánto es el despertador?
-¿Qué desp… ah, ¿esto?
-Se…
-Aaah, esto no es un despertador. Te cuento… vení, acercate.
-¿?
-No le digás a nadie, eh. Yo te lo cuento porque siempre te veo pasar. Aparte sos repotro, sos.
-Sí, bueh. Gracias. Tá, ¿cómo es el tema?
-Acá nos pagan para que tengámos esto en el puesto, pero no son para vender, son para hacer ruido, parece.
-¿Pero quién les paga?
-No sé, nadie sabe. Vienen en una combi negra todas las madrugadas. Nos dan cien peso… yo ya me hice la cas--
-¡LO SABÍA! ¡LO SABÍA!

UNA PAUSA

Trees lapisera por un piiissoooo… Trees lapisera por un piiissoooo…

TIRIRIRITT- TIRIRIRITT-TIRIRIRITT
TIRIRIRITT-TIRIRIRITT-TIRIRIRITT

Trees lapisera por un piiissoooo… Trees lapisera por un piiissoooo…

TIRIRIRITT- TIRIRIRITT-TIRIRIRITT
TIRIRIRITT-TIRIRIRITT-TIRIRIRITT

Trees lapisera por un piiissoooo…
Trees lapisera por un piiissoooo…

TIRIRIRITT- TIRIRIRITT-TIRIRIRITT
TIRIRIRITT-TIRIRIRITT-TIRIRIRITT

Trees lapisera por un piiissoooo…
Trees lapisera por un piiissoooo…

TIRIRIRITT- TIRIRIRITT-TIRIRIRITT
TIRIRIRITT-TIRIRIRITT-TIRIRIRITT

Shiba présio, shiba galidáaaaa

TIRIRIRITT- TIRIRIRITT-TIRIRIRITT
TIRIRIRITT-TIRIRIRITT-TIRIRIRITT

Trees lapisera...

TERMINÓ LA TANDA (PARA QUE SE UBIQUEN)

-¿Y cómo está la situación allí en el velatorio de (hojea unos papeles) Rubén Castrillo, Moncho?
-Bien, Chiche (porque era el programa de Chiche Gelblung), el personal de la casa… velatoria continúa organizando las filas… de admiradores que siguen llegándose hasta aquí… ya son cerca de las 23… son cerca de las 23 horas, digo, y no para de llegar gente. Vamos a intentar hablar con la gente… que se acerca y con los… organizadores… hay un pequeño tumulto…

¡¡¡Castriiillo, Castriiillo, Castriiillo!!!

-Vemos… vemos, unos metros después del vallado... varias colas separadas por esos… cordones que hay en los bancos… nos acercamos al personal… de seguridad… la marea humana es impresionante… buenas noches… ¡buenas noches! ¿qué son estos cordones?
-Estamos separando la gente acá… pasá, ¡pasá! Vos no, allá, allá. ¿Quién sos vos? Allá. Estamos separando los familiares, amigos, admiradores... ¿Cómo le va, don Cóppola? La suya es allá, donde dice “de cagar con la puerta abierta”, allá, sí. Buenas… ¡Lic. Lotito! Allá, ¿ve ese cartel?
-Estoy sin los espesheti, ¿adonde?
-Es la segunda cola a la derecha, donde dice “como chanchos”…
-Ah, aquella.
-No, esa es “culo y calzón”, al lado… Metasé donde pueda.
-Gracias.
-De nada ¡Ustedes, el populacho, por acá! ¡Beto, abrí la 2! ¡La 2!

-Bueno, veo que está bastante ocupado…
-Vamos a cerrar, sr. Periodista, ya no cabe más gente. ¡Cortá, Beto, usá la manguera!

-¡Pero esta gente ya está toda mojada!
-¡Usá la presión, Beto, la-pre-sión, así se van para afuera! ¿Adónde hiciste el curso de patovica vos?
-Listo, te copié.
-Lo siento mucho, señor…
-No me haga eso, tengo que hacer esta nota sino me rajan. Tengo dos pibes y el cámara que vive en casa...
-Hay dos lugares en “comentarista”, separamos dos y no vino nadie. Puede entrar.
-Listo. Seguime, Cacho, vení… estamos dejando el foyer… donde hay algunas… decenas… (¿Por qué los noteros hablan así, alguien me aclara este punto?) de computadoras donde se pueden revivir… los ingeniosos textos de Castrillo, así como fotos de familia que sus viudas han dado a conocer a los fans… entre los cuales me incluyo... NOS incluímos, acá Cacho siempre lo seguía, también. Son las diez y media de la noche…
¿once menos cuarto? once menos cuarto… y afuera llueve… como la última vez… nosotros vamos ahora… a entrar a la sala… para la ceremonia. Seguimos desde allá. Chiche…

-¿Pero estos pelotudos no tienen otra noticia hoy? Son todos unos repelotudos acá… Vos también. ¿Quién es ese Castrilli? Por el amor de Dios… Vamos a una pausa.