CAGAMOS LA FRUTA (ENHORABUENA)

Las evidencias indican que el sujeto que fui hasta hoy sufría de una terrible tristeza que lo habría llevado a cometer suicidio premeditado con triple agravante y asociación ilícita, aunque la viuda y su amante (un matasanos de oscura reputación) alegan que se resbaló con un yogur en la cocina de casa y se desnucó vivo.
Como sea, me llevan detenido por querer no ser más a quien todos estaban acostumbrados, y digo SÍ, YO MATÉ a ese que andaba tirado en la vida como un caracol sin alas, sin piernas, sin dientes, la sombra vacía de la brisa del riachuelo que algún borracho imaginó que soñaba.

NIRVANA

Deben ser las dos y media. El sol de otoño ya empieza a bajar. Veo a Luciana que pestañea cada tanto, como un gato al sol. Estoy en el otro sillón, otro gato. Gordo, capado. No hay pensamientos más allá de esto. No hay fuego ni ambición. No hay hambre, dolor, pendencias, trámites por hacer. La vida es acá. No hay radio; la tevé y otros azotes no se inventaron, el teléfono no llega. No hay otros, ni yo ni ella. Hay la vida. El solcito tibio. La vida… pura. Ni fría y oscura, ni inasible de tan brillante. Una luz a través de la cortina.