SÚPERSTICIÓN

Desde que recibió sus poderes, Gabriel evita pronunciar cualquier palabra. Tiene para él que alguna combinación de ellas (que no le es dada conocer) desate el comienzo del fin del mundo o alguna catástrofe mayor. Pasa sus días entre mudo y silente combatiendo a un enemigo que no calla, la voz que le dice “Si hablás, se pudre todo”.

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