DENSERIO

¿Dale que el cuchillo te cosía la carne de nuevo, que las venas le chupaban tu sangre al piso de la cocina y que otra vez me decías todas esas cosas horribles?
¿Dale que yo no me quedaba horas arrodillado al lado del tacho, la pala y la escoba, que no te pedía a los gritos que volvieras aunque fuera para pedirte perdón?
¿Dale que de acá a unos años no me visitaba en el psiquiátrico el guionista ese de nuestra película, dale que no aparecía al principio “basado en hechos reales”?
¿Dale que todo esto lo inventé nada más que para el blog? ¿Dale? ¿Dale?

(Mala semana para que me lean mis allegados o para que les pase algo en la cocina; cualquier cosa, yo no fui, ¿dale? Dale.)

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