TRISTEZA

Escuchó Canción del Pinar y se puso a llorar. No sabía si era el otoño que comenzaba o si le había venido. Dado que esto último sería difícil en un hombre, se decidió por la primera opción.
Decidió también que ese mes compraría sus pastillas aunque tuviera que asaltar a alguien con un pedazo de vidrio. “No, mejor vendo el tocadiscos, si al final siempre me hace llorar”.

1 comentario:

Pisum Sativum dijo...

Amigo Arveja, acá abunda el humor ácido y la sátira ¿hay algo más ingenioso y noble para revelarnos la realidad? Creo que no.

Muy buenos los textos que pude leer: el de la caspa, concurso coca cola, desengaño y sobre todo la parodía de Mirtha.

Un abrazo.
A.N.